Crónica de la Misa de la Unción de los enfermos

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El tiempo litúrgico de la Pascua de Resurrección es un tiempo propicio para recibir en nuestra vida los sacramentos, como el bautismo, la confirmación o la eucaristía (las primeras comuniones).

Sin embargo, no se puede echar en el olvido el sacramento de la Unción de los enfermos, de ahí, que con motivo de la Pascua del Enfermo, que se celebra el sexto domingo de Pascua, haya tenido lugar en la Eucaristía celebrada en la tarde del sábado 20 de mayo, la celebración comunitaria de este sacramento que nos recuerda que en los momentos de nuestra vida donde surge la enfermedad grave, las limitaciones físicas y psíquicas, e incluso cuando llega la ancianidad y la vejez, Dios quiere estar ahí con nosotros. Es Dios quien viene a consolar y a dar fuerzas. Si lo hace en la niñez, en la adolescencia y en la madurez de la vida, ¿cómo no va a hacerlo cuando llega la enfermedad, el sufrimiento y el dolor?

La Iglesia ha recibido desde el principio el mandato del Señor de visitar, cuidar y curar a los enfermos y ancianos, además de acompañarles con su oración de intercesión.

Resultan muy hermosas las palabras que el sacerdote dirige al enfermo mientras lo unge en la frente y en las manos:

-Por esta santa unción y por su bondadosa misericordia, te ayude el Señor con la gracia del Espíritu Santo. R./ Amén.

-Para que, libre de tus pecados, te conceda la salvación y te conforte en tu enfermedad. R./ Amén.

Un año más la comunidad parroquial da gracias a Dios porque un nutrido grupo de fieles han podido recibir la gracia del sacramento, que asegura la cercanía y el acompañamiento de Jesús en la etapa de la ancianidad y la enfermedad.

Al finalizar la celebración se hizo entrega de un pequeño cactus a todos los que recibieron el sacramento de la Unción, como un hermoso y alegre recuerdo del consuelo y la misericordia recibida de Dios.